Escritora y Periodista
El Cocodrilo que vino a cenar, un cuento sobre la verdadera amistad
Una de las mejores vías para enseñar a nuestros niños y niñas sobre la amistad, la generosidad y el respeto a las diferencias, es el disfrute de la literatura infantil. En El Cocodrilo que vino a cenar encontramos una bonita historia que, de manera tierna y amena, nos pasea por valores trascendentales para la vida. Este cuento viene a ser el tercero de la saga La ovejita que vino a cenar, del reconocido autor e ilustrador británico Steve Smallman. Ya en el primer cuento nos narraron la historia del nacimiento de una amistad inusual. Ahora, ese lazo va un paso más allá, sumando a un nuevo miembro.
¿Cuál es la historia de El Cocodrilo que vino a cenar?
El Cocodrilo que vino a cenar es una historia llena de diversión y del afecto y amistad más sinceros. Inicia con los protagonistas de La ovejita que vino a cenar, el poderoso señor Lobo, y Estofado, una pequeña ovejita. Ellos eran los mejores amigos del mundo, y se las habían arreglado para compaginar sus gustos y compartir todo el tiempo.
A veces saltaban por las praderas, tal como hacen las ovejas, y otras aullaban a la luna, como les gusta a los lobos. Pero un buen día, Lobo y Estofado se encontraron con un gran huevo. Lobo se puso muy contento, pensando en que comería una buena tortilla. Pero ovejita lo detuvo diciendo que no era comida, sino un bebé pájaro. Entonces recorrieron juntos todo el bosque, preguntando a las aves si habían perdido un huevo.
Pero el huevo parecía no tener dueño. Lobo y Estofado lo llevaron a su casa, y Lobo se esforzó en recibirlo sin pensar en lo rica que estaría la tortilla. Poco después, el huevo empezó a romperse. Para la sorpresa de todos, ¡De él salió un cocodrilo!
El pequeño tenía hambre, al punto de empezar a mordisquear la cola de Lobo. Pronto llegó la noche. Lobo llevó a Estofado a su cama, y luego buscó una manta para el pequeño cocodrilo, a quien había decidido llamar Tortilla. Pero, para su sorpresa, el recién llegado ya se había acomodado en la gran cama de Lobo.
Éste fue entonces a dormir a la silla, pero Tortilla quiso abrazarlo, y se acomodó en su regazo. Al amanecer, ¡Vaya sorpresa! Tortilla había hecho desastres en la cocina. Lobo y Estofado decidieron sacarlo a pasear, y al abrir la puerta justo venían llegando los amigos de Lobo. Todos temieron, pero el pequeño cocodrilo los recibió con cariño y siguió su camino por el bosque, hasta llegar al río, donde se zambulló.
Todos los que lo veían temían, pero Lobo iba detrás, aclarándoles que Tortilla no les haría ningún daño, pues era muy pequeño. El hosco Tejón apareció entonces diciendo que aquel cocodrilo pronto se haría grande y peligroso.
Y en efecto, Tortilla creció y creció, siempre rodeado del cariño de Lobo y Estofado. Incluso, casi todos los animales del bosque también le querían. Todos, menos Tejón, quien seguía advirtiendo que se los devoraría de un bocado en cualquier momento.
Aquella noche ocurrió una terrible tormenta. ¡Todo el bosque se había llenado de agua! Por la mañana, Tortilla no estaba. Lobo y Estofado, junto a todos los demás animales, salieron a buscarle. Lo hallaron en el río, en cuya orilla mamá Pato lloraba, porque la corriente se llevaba a sus tres patitos.
Tortilla nadaba veloz hacia ellos, y de un momento a otro los alcanzó y los devoró. Todos los animales tuvieron miedo, creyendo que el cocodrilo en verdad se los había comido. Pero Tortilla nadó hacia la orilla y abrió la boca, dejando salir a los tres patitos, sanos y salvos. ¡Solo había querido rescatarlos!
Una historia para combatir los prejuicios
El Cocodrilo que vino a cenar es una de esas historias que sabe ganarse el corazón de grandes y chicos, demoliendo los prejuicios que a veces nos formamos sin ningún sentido. Se trata de un libro de tapa dura y formato mediano, recomendado para niños y niñas entre los cuatro y siete años de edad.
Con las ilustraciones como fortaleza y una narración divertida, simple y amena, la historia nos pasea por una tríada particular: un lobo, una ovejita y un cocodrilo, que se convierten en grandes amigos, desarrollando la empatía, la amistad sincera, la generosidad y la fe en el otro y su bondad.
Lo que más nos ha gustado
Lo que más nos ha gustado de esta historia es la forma dulce en la que enseña a nuestros niños y niñas a combatir los prejuicios. A través del personaje de Tejón los vemos representados. Él es quien siempre repite que el cocodrilo no puede ser inofensivo, que terminará por devorarlos a todos. Hasta que se da cuenta de que sus afirmaciones no eran más que conjeturas infundadas, y que Tortilla en efecto si podía ser bondadoso y aprender a vivir en comunidad, a pesar de ser un cocodrilo.
Conclusiones
El Cocodrilo que vino a cenar es una bonita historia, con la que podemos enseñar a nuestros niños y niñas sobre el valor de la verdadera amistad. También sobre el combate a los prejuicios sin sentido, y a entender que no importan las diferencias, cuando la amistad y el cariño es genuino. Ilustraciones tiernas y lenguaje sencillo acompañan, en un cuento que bien vale la pena compartir con nuestros peques.
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