El movimiento Happy Slowly

El movimiento Happy Slowly aboga por un uso racional de la tecnología en la familia y la escuela, que permita al niño desarrollarse, siguiendo su proceso madurativo natural.

Cada niña nace con un ordenador incorporado, su cerebro, y este está programado para desarrollar su actividad a lo largo de la vida.

En las primeras etapas de la vida el desarrollo del cerebro es muy importante, el hemisferio derecho guarda todo lo que pasa en los dos primeros años de vida. El lado izquierdo empieza a funcionar a partir del segundo año de vida, es menos emocional y tiene una función más analítica. En el caso específico de la relación de la madre con su hijo en la primera etapa de la infancia cada vez que se comunican los dos hemisferios del cerebro del niño, este va aumentando de dimensiones y va generando nuevas conexiones neuronales tal como lo describe la psiquiatra Marian Rojas.

Una sobreestimulación del cerebro del niño sometido a los efectos de las pantallas electrónicas le puede provocar estados de ansiedad

La importancia de no saturar un cerebro en formación

Se debe prestar atención a no saturar el cerebro en formación del niño sobre todo en las primeras etapas de su infancia con los inputs y destellos de las pantallas de móviles, tabletas y ordenadores. ¿Cuántas veces hemos visto en los transportes públicos y restaurantes, niños menores de seis años con los móviles de sus padres jugando a videojuegos? Este uso inadecuado de los dispositivos móviles de los niños y en algunos casos incluso de bebés propiciado por los padres debería evitarse. Diversos estudios han podido comprobar cómo una sobreestimulación del cerebro del niño sometido a los efectos de las pantallas electrónicas le puede provocar estados de ansiedad y más tarde en su época escolar déficits de atención e hiperactividad.

¿Cómo debemos actuar con los niños/as mientras vamos en un transporte público, estamos en un restaurante o en una sala de espera?

Al niño menor de seis años lo que le hace más feliz es nuestra atención y compañía.

Se debe potenciar por parte de la escuela el uso adecuado de los dispositivos móviles mediante clases en las que se explique cómo debe ser su correcta utilización.

Durante estos espacios cortos de tiempo podemos según su edad interesarnos por cómo le ha ido el día, preguntarle por sus amigos, por sus juegos favoritos o jugar a diversos juegos de entretenimiento en los que se utiliza la imaginación (juegos de palabras, jugar a decir palabras y relacionarlas con colores, nombres de animales…)

Y en el caso de niños menores de tres años podemos darles algún juguete que les guste y entretenga o contarles algún cuento que podemos tener a mano.

Cómo actuar con niños mayores de 6 años y adolescentes

Al hablar de niños mayores de seis años y adolescentes, hemos de abogar por un uso responsable de la tecnología, ya que ellos poseen una capacidad muy importante de comunicación y aprendizaje natural que se debe potenciar a través de técnicas adecuadas. El uso de los dispositivos electrónicos debería ser un recurso más en su proceso de formación en la escuela, no el único.

El niño y adolescente debería dejar su móvil en una bandeja al entrar a la escuela y recogerlo a la salida.

En la escuela la alumna debe disponer de un aula con ordenadores a la que debe acudir siempre que el profesor lo crea oportuno, no es necesario que se disponga de un ordenador en todas las horas lectivas y que todo el proceso de formación se realice a través de él.

El alumno debe aprender a través de comunicación e interacción con sus profesores y compañeros de estudios.

Se debe empoderar al alumno frente a la tecnología, debe comprender que se trata de una herramienta más en su proceso de formación como lo es un libro. Se debe potenciar por parte de la escuela el uso adecuado de los dispositivos móviles mediante clases en las que se explique cómo debe ser su correcta utilización y los beneficios que esta nos puede suponer y cómo un mal uso nos puede perjudicar.

Se debe resaltar el uso responsable y conocer a que contenidos tendrán acceso para evitar caer en trampas que nos pueden complicar mucho la vida. Hay contenidos que detrás de una apariencia nada sospechosa albergan verdaderos peligros a nuestra integridad física y moral. Muchas de las informaciones a las que tenemos acceso están manipuladas y no tienen nada o muy poco que ver con la realidad que nos pretenden presentar. Me refiero aquí a todo el mundo de los influencers a los que muchos de nuestros adolescentes pretenden emular y los modelos que presentan están muy lejos de la realidad.

También es importante que conozcan como el ciber acoso perjudica tanto al que lo recibe como al que lo hace, por cómo lo envilece, y cómo la impunidad en las redes no supone ningún escudo si no una cobardía.

Uso del teléfono móvil

El niño y adolescente debería dejar su móvil en una bandeja al entrar a la escuela y recogerlo a la salida aprender a desconectar, al menos durante unas horas y ver que puede vivir sin estar pendiente de su dispositivo móvil.

En el caso de la familia, la niña debería tener desde su primera etapa una comunicación a todos los niveles con sus referentes que le proporcionaran seguridad y estabilidad emocional y a partir de este apego positivo, ir descubriendo el mundo que le rodea.

A partir de los seis años los dispositivos electrónicos se deberían utilizarse siempre bajo la supervisión de un adulto. Este a su vez explicará y acompañará al niño en el manejo adecuado, de forma que cuando llegue la adolescencia tenga integradas unas pautas de utilización que le permitan un uso más autónomo de los mismos. Así también los padres o referentes adultos en el hogar deberían tener muy claro que la mejor forma de educar es con el ejemplo y desconectar haciendo un uso racional también de estos dispositivos.